miércoles, 31 de octubre de 2007

La nada en si, o ese hábito de "Postear" Diario

O la refracción que sobre un vaso estalla el multicolor gruñido del insomnio premeditado, que busca mantenerse en la interrogación de los estáticos secretos reposantes en el núcleo verdadero de la luz. ¿Hacia donde vamos entre tantas letras, hombres? El mas allá no es más que un ilusorio trazado en el menguante cotidiano que se niega a dejarse perecer tras el estatismo motivado por el continuo soplar del sin sentido; ¿Es deseable esta determinación a negar lo inexorable?, ¿Lo propio de este otro que es nuestro interior individualizado, y exhibido en distanciamiento parcial de lo externo?

martes, 30 de octubre de 2007

Tercer atentado de respuestas y exhortación, resultado de una serie de preguntas.

Siguiendo el paradigma propuesto por Tahuantinsuyo, escribo:

Al Mendoza: Siendo la fotografía en México la grabación de imágenes sobre superficies sensibles a la luz efectuada por individuos que profesan la fé de la “mexicanidad”, y la posmodernidad un estado ontológico-ético hipocóndricamente adquirido por el sistema político-social local; Podemos concluir que no hay posmodernidad verdadera en méxico, y mucho menos fotografía mexicana (al menos que sea 16 de septiembre, o la selección de fútbol juegue. Hoy no es 16 de septiembre, ni hay fútbol; entonces…)
De cualquier modo es agradabel seguir deleitándonos con las propuestas fotográficas hechas en México, producto de quien sabe que influencias y formación existencial.
Saludos.

P.D. Tanta fotografía contemporánea ha caído en lo inclasificable

Rodrigo Aguilar Lara: Creo que Aramís es el más apropiado para responder tu pregunta. De cualquier manera te diré: mi opinión sobre ese tipo de estructuras se basa en la práctica, pues imagina, ¿Qué sería de alguno de nosotros al verse solo a la hora de pagar la cuenta del café? la división del monto en tres o más partes es aconsejable.
Cabe agregar que una visita a la paradisíaca (¿o paradisíacas?) Trinidad y Tobago puede resultar instructiva. Es uno de los lugares que Borregui y Bacardi recuerdan con nostalgia.
Espero que de Troyes complemente esta respuesta

P.D Muy probablemente esta es la única trinidad posible:


Elvridge: Me da enorme gusto saber que alguien se interesa por la labor del maestro Borregui. Lo extenso de la información solicitada nos impide publicarlo en este Blog, pero con brevedad te lo mandaremos por correo.

Un saludo, y a seguir leyendo Borregui.

P.D. Disculpen, ha resultado inevitable la utilización de artilugios Sofísticos. Herencia del otro Tales

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Now playing: John Zorn - Blues Nöel
via FoxyTunes

De Gatos y Café

Extraña manera de tomar café. La gente rememoraba el estereotipo mental venido a menos, que consistía en hurgar entre los cristales de azúcar mascabada durante los instantes previos a la llegada de la caliente bebida. El hombre siempre de pié, con la mirada clavada en las rosquillas, resultaba una imagen de imponente presencia, potenciada por el revoltijo de gatos que jugaban con los cordones de sus zapatos, en una especie de trance pugilístico que les hacía tirar sendos manotazos de izquierdas y derechas, contra la parte plástica de los cordoncitos.

“Manteca”: Dizzy comenzaba el duelo trompeta a trompeta contra Sandoval, mientras el hombre aun de pié sonrió levemente a los gatos. La taza decorada con un grabado de la colorida Catrina devolvió la cordialidad del saludo a sus pequeñas criaturas (casi)helecho, con un golpe de aromático sedimento café, que se elevaba vaporoso por la atmósfera llevando en su blanco recorrido las propiedades que en el instante de creación fueron otorgadas por el Demiurgo a sus granos.


-Gran momento para estar vivo- Pensó mientras adquiría la posición propicia para sentarse en una silla, y comenzaba a tomar de la tacita sin haber endulzado su contenido en lo más mínimo.

Los parroquianos intercambiaban nociones de sorpresa y admiración ante el comportamiento del forastero, mientras los Gatos (al fin)helecho continuaron absortos en su lúdica actividad.


La calavera catrina

lunes, 29 de octubre de 2007

Segundo atentado de semirespuestas a una serie de preguntas

Es cierto que a todos nos gusta atentar contra algo, y quisiera precisar que no es necesario en atentados de respuestas posteriores adjetivar con ordinales; sugiero buscar una forma un poco más concreta de referirnos a las preguntas que son respondidas para no llegar (eventualmente, dependiendo del éxito que nuestro experimento tenga) a una cantidad demasiado grande.

Manoldo:Parece que alguien que no ignora el origen de tu dilema trató de responderlo, fui testigo presencial no-virtual de ello, pero logré persuadirla indirectamente de no comentar nada, tal vez no te habría gustado lo que de ti hubiese dicho. ¿Ser o no ser? Cómo escapamos al cuestionamiento tan-conocido/reproducido de Hamlet. Propongo que tú mismo leas la obra, así quizás decidirás algo más, como dormir, o morir... ¿Ser o no ser? Diría que, por el imperativo categórico, o sustentado en hechos históricos irrefutables que permiten una efímera satisfacción tanto para quien responde como para quien pregunta, la respuesta sería aspirar al to possibly-being-or-not-being. Lo siento... el dilema es demasiado amplio para ser respondido sólo por mí y en unas cuantas líneas.

Tania: No sé si el cielo en sí mismo posea esas crisis ontológicas, pero coincido con esa característica del azul, muchas veces duda de su condición y se presenta verde como "me" en una especie de comentario estilo lanzamiento rápido en béisbol dice. Además, es bien sabido que muda constantemente según se le antojan las horas del día (nosotros inventamos la noche y la mañana). Pero, confesando mi poco panorama y capacidad de dimensionarlo ampliamente, recibiré gustoso una invitación para platicar sobre este asunto, con un café, uno bueno.

Daniela: Tu percepción sobre los conejos como lo que podríamos llamar metempsicosis de la psicología humana es bastante atractiva. El conejo de Alicia, a mí gusto, tiene toda su humanidad en el reloj, y si muchos, como yo, tenían por inercia un movimiento constante de la mano que les permitiera observar la hora, consideran que esta obsesiva cenestesia y fijación por el tiempo que arbitrariamente impusimos al día, es una enfermedad, el caso de ese personaje la retrata muy bien, aunque también a través de una hermenéutica más personal y menos Lewis Carroll, pero no me gusta entrar en esas discusiones.
La película que mencionas no la he visto, pero en cuanto pueda la conseguiré y seguiremos hablando sobre el tema, si gustas.
Y de David Lynch has visto las películas que yo no he visto, pero las conozco, y sí, se llama Terciopelo Azul. De él casualmente he visto una que también nos muestra a unos simpáticos conejillos en un diálogo y un contexto que me divirtió mucho justo al principio de la película, se llama Inland Empire. No quisiera contarte mucho sobre ellos para no arruinarte la sorpresa, pero cuando la veas también sería bueno hablar sobre ella, porque es un tanto extraña.

Gracias por sus preguntas, y perdón por mis vagas respuestas. Espero que esto no sea motivo de desánimo para los cuestionadores futuros, porque, reiterando la nota anexa de Lázaro Aramís, no puedo plantear este atentado como definitivo. Probablemente Tales sea el siguiente en responder, para obedecer a la tradición de las secuencias.

Crónica omnisciente de un monólogo simple de Bacardi

¿Qué fue encontrar el centro de uno de los microuniversos?
Ganarse los titulares de diversos periódicos de circulación nacional, incluso los de tipo deportivo: el cambio en el punto de referencia gravitatorio replanteó la exigencia natural de esfuerzo para las actividades de este tipo, quienes son asiduos consumidores de noticias están bien enterados de todo esto.
...Se dijo el parcialmente-ensombrecido sujeto acostado sobre el psicoanalítico sofá color café.
Recientemente se desató el dilema entre las cosmovisiones y el choque de intransigencias, esperamos pronto un nuevo horizonte epistemológico).
Caminas hacia el norte hipotético para terminar sentado frente a una mesa con una mezcla entre capuchino caliente y horchata, levantas el azucarero y ahí está: una especie de cartón cortado con una precisión obsesiva en forma de círculo; inasible, inefable, inconcebible, in-.
Entonces el Defe tiene una razón natural para sus propiedades magnéticas dentro de las masas, pero también hay que elaborar un estudio genético sobre las posibilidades de asimilar ciertos elementos de variadas clasificaciones-que-quienes-no-dedicamos-nuestra-vida-a-tal-campo-no-podemos-manifestar, pero quizá se encuentren en el gran libro de la alquimia, Lázaro está para ilustrarnos sobre eso.
Suponemos que existen microcentros que actúan sobre los defeños en forma de gravedad, transmitiendo sus propiedades de atracción sobre otros defeños cuando se forma un pequeño grupo de ellos (pero sólo actúa sobre defeños, por ello decimos lo del estudio genético). Esto da paso a otras especulaciones acerca de la existencia de microuniversos, ¿alrededor de qué, o por qué se crean? Bajo el riesgo de escribir comentarios sin hilación aparente que tengan que ver con física cuántica, como en cierta en película ya se ha hecho, prefiero abandonar esas perspectivas cientificistas y no inclinarme hacia ninguna tradición sociológica, sólo continúo como hasta ahora.

¿Qué ha logrado hasta ahora con sus estudios?
Nada, pero conseguí un poco de azúcar.

Nota personal de Tahuantinsuyo:
Desde ese momento quise regalar una bolsa de azúcar a las personas.


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Now playing: Herbie Hancock - Cantaloupe Island
via FoxyTunes

Primer atentado de respuestas a una serie de preguntas

Gracias a todos por sus preguntas. Bajo la creencia de que toda pregunta existe solamente condicionada por la existencia de una respuesta, que no ocurre previa ni posteriormente, sino simultáneamente, aventuro un primer atentado de respuestas:

Raskólnikov: ¿Qué es un Ullerup? ¿Cuántos Kópecs hacen uno?
Según la taza de cambio de hoy a las 4:43 de la mañana, un Ullerup equivale a 2.63 Kópecs. Pero consultando con los de los Derechos Humanos me informaron que si intentaras cambiar un Ullerup por cualquier divisa monetaria te verías en serios problemas de carácter internacional.

El otro Tales: ¿Cuál es la principal diferencia entre Roger Waters, Richard Gere y Rafa Puente?
Verás, la cosa no es tan complicada: Richard Gere es el actor que hizo de Roger Waters en el concierto en Berlín, Roger Waters contrató a Richard Gere pues éste se parecía más a Roger que él mismo, y Rafa Puente es sólo un buen sujeto que nació en la Ciudad de México el 5 de febrero de 1950, y que por un extraño azar del destino vino a ser positivamente igual a los otros dos. Es decir: No hay gran diferencia.

Adolfo Aranda: ¿Soy sólo yo, o los ositos cariñositos están cargados de connotaciones bíblicas?
Adolfo, a pesar de tus siempre frecuentes traiciones, te respondo. No compañero, no eres sólo tú, es bien sabido por los hitoriadores de la religión, mitocríticos y cierta variante de los gastrólogos dedicados al estudio del medioevo, que los ositos cariñositos están más que cargados y sobrecargados de evidentes y profundamente acertadas connotaciones de carácter bíblico. Dado que no podemos hacer nada al respecto (debido a la protección que ciertos grupos religiosos posmodernos han dado al programa televisivo), no nos queda más que descubrir estas connotaciones por puro hobby y entrenamiento para las prácticas de gastrología que sé que te han quitado el sueño últimamente.
Como respuesta alterna me aventuro a decir que no eres el primero al que los cariñosos peluchitos han quitado el sueño.

Nota anexa: Este primer atentado de respuestas no podría ser definitivo por más confianza que tenga en la veracidad de sus palabras. Espero otros atentados de respuesta y más series de preguntas pues, hay que aceptarlo, a todos nos gusta atentar contra algo.

sábado, 27 de octubre de 2007

Nuevo comentario de Borregui

Francisco F. Borregui recomienda, para incrementar la dificultad en el dominó, permitir que los contrincantes observen dos de las piezas de cada jugador, mismas que serán ocultadas al jugador que las posea.

viernes, 26 de octubre de 2007

Logos, Logoi, Logos

Los días, las palabras, van tejiendo un enorme entramado que a manera de manta, cubre todo lo extenso del tiempo visible. Su proceder es sencillo. Toman los pequeños pliegues de sus costados, y los dirigen en el trazado de una grácil danza que en cuestión de sucesivos instantes constituye la más acabada forma de esplendor “plánico”:

“Inscripción en la servilleta:
Un instante es una unidad indivisible del devenir histórico, en la cual el tiempo se detiene.Lista de posibles instantes:
1. Cuando un molino de viento se detiene (éste es el más frecuente).
2. Cuando un gato bosteza (especialmente a las 11:54 de una mañana soleada).
3. El momento entre la caída de la gota y la formación de la onda en un charco accidental del Parque de la Conchita.
4. El orgasmo.
5. Al tocar la quinta bemol (ésta es de los más bellos).(Nota personal: investigar sobre otros 5 instantes posibles).”
10 inscripciones en una piedra de Lázaro Aramís De Troyes

Al parecer, y contra todo cuestionamiento posible inspirado en las buenas-costumbres, e instructivos anexos a las servilletas, el verdadero uso de estos cuadritos de papel, es inscribir en ellos indicaciones para la dirección del espíritu, o en el más frecuente [y menos pretencioso] de los casos, textos capaces de generar perplejidades y sonrisas a cambiantes intervalos.
¿Qué otro tipo de cosas cabe localizar en estos instantes? Siempre surgen más y más palabras referentes al logos: en Heráclito, en Platón, en Aristóteles. “El gran Logos vela”; base de la discusión que sostuvieron Etienne y Perico alguna noche de Paris, y que ahora señala con retrospectivo ahínco a los antiguos griegos; Heráclito agarra su hacha, y se dispone a cortar cabezas para saciar su reformador deseo: “Escuchando no a mí si no al Logos hay que afirmar que todas las cosas son uno”. El logos como palabra, como racionalidad, como pensamiento. Vaya distancia milenaria que nos ha dejado solos contra un muro de rojos e incandescentes ladrillos, tiritando de frío entre dos ríos metafísicos de escape: el del Heracliteano devenir conforme al Logos, y el de Oliveira en su lucha contra la palabra y el pretendido orden racional que se trata de vislumbrar en el mundo. Más ríos andan por ahí a espera de ser nadados, pero son ocultados para propiciar el paso a una vida más sencilla, contemplativa, “Beata”. ¿Vale la pena sacrificar los colores, la poesía, los bostezos de gato, los cantos de las bicicletas, el café en la lengua… en pos de la claridad de pensamiento, y la constitución de un inamovible y perfecto estado conforme al Logos? viejo Heráclito, la vida se mueve a ritmo Bebop. Es nuestro deber derribar el muro de rojos ladrillos, con el incisivo repicar de un metálico Saxofón crimsoniano –Starless-, y avanzar hacía el punto en que nos sea posible elegir en que río inmergirnos-sumergirnos, para tras la búsqueda salir con los terrones de leche, o el dulce de guayaba a manos llenas, y acostarnos en la hamaca de la playa, o entre amados brazos, con la satisfacción de un día no desperdiciado.

jueves, 25 de octubre de 2007

Aves de lago

Clori oidaba mi bigote. Me lo dijo en una de esas mañanas que se dedican a pasar y nada más, mientras yo acariciaba su cabello, sentados sobre la banca de falsa madera frente al sucio lago bañado de patos no tan limpios en el Parque México. Qué iba a yo saber que ése había sido siempre el problema. A Clori le bastaba mi bigote para olvidarse de las mañanas, los parques y las caminatas; cada uno de los bellos debajo de mi nariz la hacía detestar el viento en mi cabello, las inquietas pupilas de mis ojos buscándola, mis manos cálidas... en fin, si ella recordaba mi bigote se iban hasta el mismo agujero el parque entero y la mitad de los patos.

¿Pero qué hago yo con estas terribles ganas de Clori? Ganas de tomar su ombligo con la punta de mi mano derecha, su nuca con la mano izquierda; ganas de encerrarla prisionera entre mis brazos, aventarla contra la superficie de la banca, trepar sobre su cuerpo tan de Clori, y dejar las mañanas enteras, las caminatas, todo el parque y la mitad de los patos en sus labios. Ganas de ella entre mis dientes. ¿Qué hago yo conmigo entonces? Jamás supe si ella tenía que rasurarse antes de visitar los parques o no, ni me interesó saberlo; simplemente jamás sería perdonado.

Claro, por el otro lado hubiera bastado con deshacerme del bigote de una buena vez. Pero me conosco, entonces hubieran llegado las preguntas. ¿Y qué si no hubiera patos en el lago del Parque México? o si en vez del lento parque tuvieramos sólo una autopista posmoderna. ¿Qué si el viento no viviera entre mi pelo, ni mis manos fueran cálidas, o inquietos mi ojos? ¿Y si yo tuviera escamas en los labios? ¿o dos narices? ¿o simplemente bigote? ¿Me besaría Clori sus besos tan necesarios todavía? ¿Amaría mi boca si no fuera creación suya?

Por eso yo nunca la besé. Sus besos no existían para mí y yo, el que estorbaba tan cargado de bigote entre toda esa belleza, el que ofendía su hermosura, no hubiera podido jamás aventarla sobre la banca del parque para tenerla ahí mismo. Ay Clori, y yo tan tuyo, con tus ganas de probar que por tu boca cortaría hasta mi bigote, mientras esperaba que me amaras a pesar de todo el bello facial de todos los parques juntos.

10 inscripciones en una pidera

(o de las observaciones de Efigenio Bacardi cuando, empujado por su azaroso devenir histórico, se detuvo en el café del Parque de la Conchita)


Dio a parar Efigenio en el café del Parque de la Conchita alguna vez. Atravezó las mesas redondas o redondeadas cargadas de existencia pseudo-óntica atareada en superficiales charlas sobre las más erróneas concepciones técnicas de lo más cliché de los novelistas del siglo pasado, mientras pensaba en más de un jocoso juego retórico de aplicaciones quasi-prácticas de haber ocurrido en voz alta. De todas formas ellos son gallinas, pensaba, aunque jamás hallan leído a Monterroso en fuentes directas. Fue entonces, mientras pedía su Levitasse, aunque no sabía qué clase de bebida ordenaba, que se acercó como nube en caída una servilleta que vanamente se imaginaría blanca, enrollada en su propio sér (aquí, cualquier opinión de Freud y su séquito debe quedar eliminada de antemano).

Inscripción en la servilleta:
Un instante es una unidad indivisible del devenir histórico, en la cual el tiempo se detiene.
Lista de posibles instantes:
1. Cuando un molino de viento se detiene (éste es el más frecuente).
2. Cuando un gato bosteza (especialmente a las 11:54 de una mañana soleada).
3. El momento entre la caída de la gota y la formación de la onda en un charco accidental del Parque de la Conchita.
4. El orgasmo.
5. Al tocar la quinta bemol (ésta es de los más bellos).
(Nota personal: investigar sobre otros 5 instantes posibles).

Observación de Efigenio Bacardi:
Ningún reloj, según me percato, ni siquiera los que tienen como 7 manecillas, posee poder sobre el tiempo. En este sentido es un mero instrumento y se parece a un museo. Claro, si muevo la manecilla de mi reloj la hora cambia, aunque el tiempo es el mismo tanto en el café de la conchita como en el baño de mi casa; así, un escusado en mi baño es un mero escusado, sin importar lo que diga el cartel del museo.

martes, 23 de octubre de 2007

Interludio Zappático

Ya se había relatado alguna vez un encuentro fortuito con Francisco Borregui, dentro de esa escuadra de pretensiones oblicuas, sumergida en una ínfima luminiscencia. Omitiendo esa facundia característica, Borregui continuó su escrito, mientras Zappa caminaba cuesta arriba aun sin saber hacia qué lugar llegaría, pero ya estaba ahí, qué más daba. Bacardi tardaría un poco en aparecer, aún relegada su responsabilidad en los documentadores y doxólogos, no dejaba entrever una aparición próxima. “Contra la sed”, no podía pensar en algo menos antised que aquello, con tantos carbohidratos era imposible que cumpliera dicha función, pero al menos Zappa se mostró satisfecho al observar que la expresión era en cierta forma inocua, si hubiesen combatido al imperativo habría movido el bigote en muestra de enfado: “¡combatir el imperativo individual!” (Sed simplemente Zappa), una hilarante canción habría surgido.

Brindis

El revelado no fue de lo mejor...

lunes, 22 de octubre de 2007


Romper las horas durante el miércoles.
Circular el segundero sobre la palma de mi mano.
Pero son anhelos vistos hacia el pasado.
Vale la pena recordar a Cortázar y sus Instrucciones para dar cuerda a un reloj, cuando nos dan un reloj, nos están dando como regalo, y no al revés, como se suele pensar.
Cuando descubrí, después de varias horas (muchas más durante el viernes), por su propia confesión, que no habría oportunidad, decidí mirar hacia qué momento me llevaba esa desilusión. Como siempre, la constante se repitió y no hubo más remedio que sentarse frente a los papeles para ordenar.

De por qué las aves no usan sombrillas 2a parte

Cuando era todavía una niña, el personaje de esta historia, que aparenta más de 65 años aunque quién sabe, leía sobre los pájaros y los paraguas. Los pájaros no usan palabras (ella no lo sabía), tampoco paraguas. Los pájaros, especialmente los negros, aunque esto sea por razones de índole irresoluta e inalcansable para el pensamiento positivo-cientifisista, dejan que la lluvia caiga desde la punta de sus narices (claramente los pájaros tienen nariz), hasta la última pluma de su ala izquierda (o derecha despendiendo de la posición del observador o del pájaro), para que cargadas por su insólito deber de caída, se pierdan en el abismo que es todo aquello que se encuentra abajo del pájaro.

Ahora, evidentemente hay quienes vuelan bajo porque abajo está la verdad, eso es claro, pero precisamente por eso los pájaros vuelan cada vez más alto. El personaje de esta historia (¿historia?) no parece dudar ni un momento que, de poder permanecer en las alturas, los pájaros jamás volverían al suelo. También los sueños caen, pero los sueños de los pájaros sin duda caen más fuertemente pues caen desde más alto. Habría que hacer un estudio -pensaba- relacionando los temblores con la caída del sueño de un pájaro. Ella nunca soñó que volaba, ni intentó decirlo, ni se arrepintió de no haberlo hecho. Por mi parte no sé si las aves soñarán, no lo sé y la verdad que no quiero averiguarlo, si un pájaro negro con o sin paraguas viniera a confesarme sus sueños, seguramente los escucharía gustoso, pero si no, tampoco pienso averiguarlo por mi parte. Los sueños de un ave deben ser grandes secretos, y los secretos de un ave deben ser altos sueños.

En parte, sólo en parte, los sueños son como un ave, pero sólo en parte. Realmente las aves son como un sueño -pensaba, mientras reclinaba la cabeza hacia atrás, sentada en el parque de la conchita, y enredaba su mano entre sus canas. Yo lo observaba sin que se diera cuenta, no tengo plumas, pero alguna vez también aparenté más de 65 años, aunque uno nunca sabe. Si yo tuviera plumas, seguro que ella hubiera podido quitarme una por una, y yo hubiera sentido un piquete cada vez que arrancaba una de ellas con sus manos viejas y cansadas. También hubiera podido quitarle todas sus plumas una a una, y la hubiera tenido ahí mismo, bajo la lluvia, sobre nuestras plumas en el Parque de la Conchita.

Pero para eso habrá tiempo en la vejez. Mientras tanto yo todavía saco mi paraguas en las tardes lluviosas, y camino observando el suelo, por si el reflejo de algún ave se me llueve.

viernes, 19 de octubre de 2007

#1

Levedad

Últimamente me fijo más en la noche que en el día
¿Será porque a la hora de acostarme caigo en la cuenta de la fugacidad lumínica?
Luz no cautiva, que objetiva las superficies
Noche insondable, que deviene en inconsciente
Separación dialéctica que transcurre en ciclos
Separación artificial, que sólo ocurre en la carne viva
En ese instante de reposo corpóreo
Donde emerge la idea reprimida
Camuflageada en pesadilla inerte
Cúmulo del esfuerzo inconcluso
Convertido en carga moral
Inextinguida por el desvió improductivo
Debilidad carnal
Necesidad de fuga involuntaria
Avida de retiro momentáneo
Pero con alto costo ético
Transferida a la psique
Y retrotraída en la finitud
Del momento de autoreproche nocturno
¿Será que por todo ello, tengo esa sensación de desesperanza en medio de la oscuridad externa?


Ciclo vital

Luz de sol
Color que carcome la mirada
Que lastima la retina
Entusiasma el alma
Que ilumina la utopía
Que se agota
Con desesperanza
Pero que promete
Seguir
Moviéndose
De colores ardientes
Ocupando su lugar
Dando luz a la esperanza


Agradecemos la colaboración.
Muchos Saludos

jueves, 18 de octubre de 2007

No sé que de las aves (1a entrega)

Nota preeliminar: Dada la extremada dificultad de las preguntas sin respuesta que dejó mi última entrada, me he propuesto, no intentar contestarlas, pero sí crear una serie de entradas lo suficientemente abstractas para no dejar cabida a preguntas concretizables. Con este afán puramente poético (así se me ha dado llamarle), comienzo esta serie de textos bajo el título de "No sé que de las aves", que así se me ha dado llamarle.


De por qué las aves no usan sombrillas (versión para Hechos y dichos de Efigenio Bacardi)

No eras tú de alas ni sequías ni quién para escaparte. Canzada de sillones y de nubes -de esperas y de salas de espera-, mirabas por aquella ventana tuya y tan de agua como soñando vuelos o caídas, haciendo el gesto de los muertos en la historia.
Sin embargo, y esto debe quedar bien claro, no cae la lluvia aquí para evadirte. No, ni cantan para ti los sapos su canto sacro y perezoso; ni te esperaba ningún viejo con su reflejo gris sobre la acera y el dobladillo en trozos, los niños cazadores de resfriados, los barcos de papel en un acotamiento de autopista posmoderna, ni se hicieron para ti los puentes ni los pasos peatonales... ni te esperaba, en fin, el ave, bañándose en instantes de caída. No, ni tú podías saberlo...
Ni creo que lo supieras, pero los pájaros detestan las sombrillas.
Por mi parte fui, si acaso, testigo incerciorable del acto más liberador: súbitamente tú, girando la perilla de una puerta que era polvo, trazaste el gesto de un instante de caída suspendido y abriste la sombrilla por hacer un vuelo del abrirla.
Alada así, y a pesar de todo, goteaste lento por las calles.

Apuntes para la realización de un "Manifiesto de los hombres libres"

Es bueno ser un hombre libre
y tener una pera.
Francisco F. Borregui

Desde los más remotos sótanos de la más remotas regiones de la historia, esto es bien sabido, nos hemos dado el lujo de existir algunos a quienes una extreña condición de derecho histórico nos ha dado el nombre de Hombres libres. Sobre el derecho histórico, así como la justificación histórica, teorías bastante atrevidas y poco confiables, no quisiera hablar por ahora; sobre los lujos y deslujos de la existencia tendré que refirme un poco. Pero detengámonos un momento, vale la pena, en la siguiente cuestión: ¿Qué diantres es un hombre libre? A preguntas como ésta y otras muchas (como si Ullerup o Hedigger eran hombres libres, o si la poesía y el blues son condiciones para la libertad) intentaré, aunque vanamente, debo acpetarlo, dar respuesta acontinuación.
No vale la pena señalar una lista de homres libres a través de la historia que son bien conocidos por todos (desde Heráclito hasta Gandhi), lo que sí vale la pena es hablarles de un hombre libre que yo conocí (esta vez no se trata de mí mismo). Éste usaba bastón, lo que me enseñó que los hombres libres no necesariamente usan bastón, pero sí lo usarían para darle una paradoja en que pensar a las esfinges; tomaba sólo café de Chiapas, de lo que parnedí que un hombre libre siempre tiene un mal hábito del que se siente orgulloso; sobre todo amaba el blues, lo que me enseñó que un hombre libre reconoce su odio, y jamás dice frases como "me gusta toda la música"... Pero estoy divagando, lo que por demás es bastante saludable, pero no me ayuda a causar el efecto que pretendo.
Ahora he olvidado el efecto pretendido. Lo que sí habría que señalar es que todo hombre libre ama a una ventana que está en comunión con una cortina, desde la ventana más acristalada hasta el agujero más estrictamente amorfo, y desde la cortina más aterciopelada hasta la más página-de-la-sección-de-deportes-de-ovaciones. Y con esto me basta por ahora.

miércoles, 17 de octubre de 2007

De los Usos y Costumbres o la Manera de remembrar Sueños

El último resquicio de un silencio era empaquetado en una pequeña caja de tamaño bolsillo, junto con fósforos y la mitad de un cigarro. Sus ojos bien abiertos estaban dirigidos hacia el horizonte, donde las estrellas difuminaban por el sencillo mecanismo del contraste, las luces de aviones que distantes seguían a ritmo normal la ruta que demarcaba el trayecto a los hangares. Dejó caer los parpados para poner momentáneamente la percepción visual a un lado, y concentrarse en las palabras: palabras que en la mañana había escuchado en los últimos instantes de un sueño y no podía recordar, pese a los continuos intentos, e introspecciones; Trataba primero de retomar los colores, definirlos en la vaguedad de una presencia plástica y mutilada, para en sucesivo dotarles de límite, una forma a la cual avocaran su instantánea existencia.

Cansado se puso de píe. Manera de llevar todo a una lontananza suficiente como para evitar tropezar con ello. El parque estaba repleto de ires y venires bípedos, revestidos de importancia en forma de una falda, mocasines, pantalones de mezclilla u otras presentaciones de productos textiles siempre ropajes. Caminó guardando el necesario cuidado para no pisar las líneas divisoras que denotaban la separación entre piedra y piedra del suelo, divertimento que lo mantenía distraído del esfuerzo reconstructivo al que había avocado su mañana, y lo tenía harto.

El café de la esquina estaba no muy lleno y silencioso, invitación implícita a la que pudo negarse con nulo éxito. Primero un paso, a continuación otro; listo: Totalmente a bordo del paralelepípedo oscuro de donde brotaba el estimulante olor de la tostadora, y que resultaba animado por el ruido de la maquina moledora, que dispersaba partículas de aquella sustancia que tanto se echaba de menos en otros lugares.

Por que en verdad era difícil encontrar un sitio donde la esperada mezcla no resultara un brebaje ligeramente coloreado y en extremo líquido, incapaz de evocar los recuerdos de la infancia pasada en la cocina de la abuela, con el overol puesto hasta arriba, o los despertares con la mujer paracaídas digna de enunciaciones posteriores y que por ahora mantendremos en suspenso…

Ordenó un expreso cortado, prueba de calidad que consideraba indispensable, y sacó el libro del bolsillo del pantalón; aprovechando de paso estirando un poco más los dedos, para tomar la cajita con el silencio, los fósforos, y la mitad del cigarro, de la cual extrajo uno de los segundos, y el tercero, para fumar en lo que hojeaba las páginas precisas que buscaba. Nuevamente ponía atención en las palabras, pero ahora de índole distinta, letras que reposaban impresas sobre la superficie blanca de papel, hojas que posibilitaban el movimiento físico de las oraciones, párrafos, en un acto capaz de conmover el espacio…

martes, 16 de octubre de 2007

Tahuantinsuyo comenta que:

Dicha actividad está reservada para el momento preciso.

P. D. Y sólo para tal, olvidemos detalles (¡qué cómoda evasiva! Diría Gerónimo Fretón.)

Pero como sea, los comentarios son bienvenidos.

Gracias al amigo Lázaro Aramís de Troyes, esperamos su obra para recomendarla.

"N" tiempos y un nuevo oficio

Se leía una adorable advertencia, inferimos una fijación por las hachas y sus múltiples usos. Jugamos entonces a ser menos parecidos el uno al otro dentro del ágora, subimos a las gradas para recorrerlas y tirarnos al vacío desde la perspectiva más lejana. Volvimos entonces junto a la hacha para recordar el cuidadoso uso que debía hacérsele y aun así romper el muro que la sepultaba. Decidimos que formaría parte de nuestro equipaje (a pesar del óxido) envolviéndola dentro de varias hojas con el cráneo y las bolsas de té a un lado.

Una vez más nuestras cabezas circulan entre los edificios y los pequeños callejones llenos de desechos, un recibimiento cotidiano, una memorable bienvenida después de un largo tiempo ausentes, ambos situados en circunstancias no lineales, alejadas de la secuencia homogénea de una temporalidad que son muchas. Ahora, de vuelta a las multitudes arquitectónicas y los espacios cerrados, el choque del hueso y el metal a nuestras espaldas brinda un ritmo al andar sobre las viejas calles con su falso paralelismo y sus nombres extranjeros, respiramos las imágenes y las palabras como deyecciones políticas desde las paredes que nos cercan y desde el poste con la única luz, por cierto, agonizante. Atravesamos bajo el túnel para luego ascender en dirección al antiguo camino.

Entro al borde de tu cuerpo, apenas sostenido por tus labios y tu sonrisa. Recorremos el sendero arenoso que conduce a ningún lugar bajo la oscuridad escarpada de la incipiente noche. Nos perdemos a veces, y un encuentro casual se produce entre nuestros dedos poco después; se mezclan en forma policromática, mientras nuestras miradas apuntan a las aceras pintadas de azul y dibujadas por una mano imprecisa (o todo lo contrario) que nos hace tropezar por la creación de una oscilante superficie. La ciudad de siempre.

Un viento helado comienza a condensarse sobre nuestro cabello, debajo de las puertas y nos cubre lentamente el rostro cuando yacemos sobre el pasto seco observando algún vago punto iluminado en el cielo. Entonces volvemos a las calles transitadas, aquéllas llenas de farolas y automóviles. Soltabas entonces los suspiros agitados llenos de cansancio y cáncer que obligaban un paso más pausado hacia la habitación.

Si dentro de tus ojos pudiese colocar mi vacío inconmensurable, colocar los orificios en tu rostro y despojarte de tus facciones distintivas, tal vez… ; pero no es lo más probable, sólo un afán materialista de verme secretamente en un espejo, dejar de mirarte y ver sólo algo parecido, con la misma cualidad inerte y grisácea, una fuente de reminiscencias sostenidas sobre la mano invisible, evocada desde un instinto corpóreo imposible de manifestar.


De nuevo saltos en el tiempo, ocasos precedidos por el otoño, cuando las hojas florecen, justo antes de incendiarse en invierno, disuelta la carne en la arena, esperando la unión, ese último aire de apariencia fatídica para elevar las cenizas hacia la isla de las ruinas, para actuar nuevamente y arrojarse al vacío. Mientras tanto, dispuesta la mesa, los objetos ruedan al salir de la maleta: la hacha de aquella vez y ahora un par de cráneos, desembocan en una acción que no merece la pena relatar con detalle por su fácil deducción, el más pútrido de los dos destrozado por un golpe enérgico, el otro, tras la ventana, adornando la entrada, presenta afablemente, con un letrero en la frente, un nuevo oficio digno del hombre con whisky, una hacha en el regazo y una euforia por partir cráneos que se esconde dentro de la habitación.

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Now playing: Ayreon - Day Thirteen - Sign
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domingo, 14 de octubre de 2007

viernes, 12 de octubre de 2007

II

Enredado en la brisa Silab(in)a
estalla la marca de lo turbio,
sobre este olor otoñal
el pastel de hojas sabe a mujer dormida.

Hallamos cuerdas cuando cruje el aire,
oquedades en la materia negra
desde donde la muerte respira
con su silencio meditabundo,
toma una cabeza de caballo
y la introspecta en las perplejidades
para tañir manzanas de recuerdos
logrando hacer al rojo estopa de lo cierto
y reflejo de las aves en cascada
que dibujaron con tiza
una intensidad de nuVe.

Así desangro la Voz en Bloque
Así la tierra hendida se proclama
la Nada misma.

De lo fortuito que hubo en el encuentro entre Zappa Y Francisco Borregui y su apego al guión

Zappa, simpático sujeto, caminaba a través de una inencontrable satisfacción inmediata. No sabría nombrar con certeza el nombre de la calle oscura, con callejones como ramas y una gran pendiente hacia arriba. Llegó el momento (ignorado por él, como persona despreocupada) en que cualquier rumbo conocido desapareció de su mapa mental, de por sí, Guanajuato no era un sitio muy fácil para un primerizo. Allí, en la curva que dibujaba el movimiento de un automóvil con faros de halógeno, encontró a un hombre de semblante tranquilo, sentado con sus piernas estiradas y una luz de las que venden en el metro por diez pesos sobre las hojas del cuaderno que sostenía. Frankie, como se suele llamar Zappa cuando se siente un buen tipo, se sentó a su lado imitando su postura.

Zappa: Este final de mi caminata me ha puesto a pensar en esas últimas notas del Bolero de Ravel, pues mi andar más bien parecía una cómica sucesión de pasos sin rumbo.

F. B.: Y para mí tu llegada ha sido como ese momento entre la casi inaudible “Introduction” y “Vrooom” del disco homónimo, aunque este calificativo suene tanto a mis aborrecidos periodistas.

Zappa: Sin embargo, mi nuevo amigo, veo que tu escrito no está hecho en tono distinto al que un periodista suele utilizar en su redacción. No quisiera perder el detalle, o esa profundidad que a los escritores tanto les gusta presumir.

Francisco Borregui: Sólo es una sucesión de lugares comunes, unidos por conjunciones, aposiciones y una que otra preposición acorde al sentido que ambos quieren contener. ¿Encuentras mejor pasatiempo entre la sombra del muro y este falso ángulo que hace la curva?

Zappa: Cedo la razón a tu mayéutico cuestionamiento, pero difiero de la respuesta que esperas.

Francisco Borregui: Por eso es que no eras tú el que estaba en mi lugar, y sí el que vino a hacerme compañía… (Se asoma un poco hacia el guión) amigo Zappa.

Zappa: He de seguir con ese movimiento de extremidades inferiores… (hace lo mismo y echa una mirada al diálogo) estimado Borregui. Espero verte en las dedicatorias de publicaciones independientes.

Francisco Borregui: No puedo asegurarlo.

Zappa continuó en su interminable búsqueda inconsciente, digamos que ese objeto tan anhelado sólo se aparecía cuando menos quería pararse y caminar.


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Now playing: B.B. King - The thrill is gone
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miércoles, 10 de octubre de 2007

Sofismo vs Zappasofismo, o de la eudaimonía Zappasútrica

Un día naturalmente defeño, frente al palacio de bellas artes. Una enorme fila de personas ávidas por ver la exposición de Frida Kalho en espera letárgica. Zappa camina disfrutando del espectáculo de las personas bajo el sol, hasta que se topa con Protágoras. Después de la ejecución del tradicional saludo, y el intercambio de unas cuantas frases mecánicas, aborda la cuestión sin más rodeos…

Zappa: Y dime Protágoras, ¿Qué es la felicidad?

Protágoras: -Llevándose la mano a la cabeza- Pues bien, estimado Zappa, para mí la felicidad son los discos de rock psicodélico, la cerveza, el Soccer y la Internet

Zappa : -Acariciando todo el tiempo su prominente bigote justamente cortado; sonríe- Pero que dichoso soy, si cuando creyendo que al preguntar por la felicidad misma obtendría una sola y árida respuesta, me has dado todo un enjambre de felicidades mismas, Protágoras

Protágoras: Tu comentario me suena irónico Zappa, además creo percibir artilugios de sofista en tu proceder, no dejaré que me engatuses como lo ha hecho ya Sócrates.

Zappa: Me has atrapado, Protágoras, pero eso no te salvará de responder mí pregunta. Si Sócrates saca ventaja del don de entorpecer la razón análogamente a como el pez torpedo lo hace con el cuerpo, de acuerdo a como Menón ha declarado, yo poseo el carácter necesario para andar siempre en vanguardia con mis propios medios. Dime querido compañero ¿Qué es aquello que caracteriza a la multitud de felicidades que enunciaste?

Protágoras: Pero mira, la fila avanza, Zappa –sonríe en un reflejo de felicidad inmediata-. Debo seguirla o me sacaran de ella.

Protágoras se escabulle sustancialmente, y a Zappa no le queda más que ir a Bolívar a buscar su propia e indefinida felicidad en un paquete de cuerdas nuevas.

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Now playing: Silvestre Revueltas - Música para Charlar
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Preludio a la génesis de los gatos helecho, o Casi instauración del momento lúcido

Hay una manera de ver al mundo de nariz para arriba, dibujando intendencias, respiros y semicírculos con las pestañas... También existe ese otro modo, que resulta el más socorrido cuando se trata de obtener objetos capaces de saciar nuestros concupiscentes apetitos...
Lo mejor es cuando logramos colocarnos en el punto justo que nos permite observar la maravillosa danza de la materia acomodándose en formas vivas, mientras nos desplazamos con ansias de laburar, o comprar salmón, o pintar la casa, o invocar la musicalidad intrínseca de la rarefacción otoñal...

Los gatos helecho nacieron un día de invierno, formados por hojas de caducifolias. No preguntés de que especie, pues tal información solamente corrompe la capacidad discursiva... El color si es determinado, pues nos da la calidez necesaria: se desplaza entre el verde y el rojo, saltando para evitar las frecuencias color-sonoras detestables....
¿Qué manera de crear el mundo? ¿Qué forma de formar la fisionomía gatuna?, esperemos Bacardi nos ilumine pronto

martes, 9 de octubre de 2007

Omnipresente sombra cascabel entre cortinas

Omnipresente sombra cascabel entre cortinas


Luz interminable sobre la cuesta del bípedo descarnado

rueda por los alcanfores y siluetas de arboledas

que se desploman…

Un silencio inundado

con silencio

agua sobre el agua misma

enrollada como una lengua

de gato…



Parece que contra todo intento de implicación loxicomascular, Bacardi a vuelto a escribir un aforisma indescifrable, que retumba en la omnireflección del tympaniser diferanciado Derridiano; ¿Deconstruir unas palabras, un intento de externación fonética capaz de transmitir información?

Solo queda el eine Greuze ist aufgehobene

El oficio de historiador es un traje demasiado ancho para mí. Pero en el hipotético caso (de furibundas consecuencias, eso puedo asegurarlo) de que fuese uno de tantos, tendría que ubicarme dentro de la corriente servil, o con los desairados opositores. También existiría la inevitable necesidad de forjar el criterio, que según la tendencia, podría ejercer el juicio anacrónico de una punitiva atemporal-imposible.
Ahora, bajo el supuesto de que este momentáneo lapso de suposición-despertado-por-Benedetto-Croce, haya sido malinterpretado, las actividades e hipótesis antes descritas pueden ser más bien una clara enmarcación de mis pretensiones hacia un ideal. Una lectura acompañada de intermitencias reflexivas, V. Gr. "El juicio, al ejercitarse sobre un hecho, qué sueño, lo piensa tal como es, no recuerdo muy bien qué ha dicho, la reminiscencia no me sale, baño, hambre, dinero, y no ya como sería si no fuese y volviese a ser, habiendo sido en una proyección hacia el acto futuro y las once de la noche y aun falta el ensayo, punto" impide una comprensión precisa. Por tanto, he de omitir, como otra suposición, la complementariedad de aspectos para hacer historiografía, que suena casi como moldear una serie de sucesos, observar la documentación (actividad encargada hace poco tiempo) en la época y su contexto social-moral-político-y-demás-interminables-y-nacientes-paradigmas-para-las-perspectivas.
No, el oficio de historiador sigue siendo muy grande. No pierdes mucho, perdiéndome, Benedetto Croce.

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Now playing: Dead Can Dance - Song Of The Stars
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lunes, 8 de octubre de 2007

Intermedio I-1

Las ventanas vibran

transparentes

desde lo alto del abismo

interminable

erguido siempre

silente

redondeando los ojos

de la noche

riza

Luna entre destellos

de agua

doradas las pisadas

que colmaron las sombras

taciturnas de una

ausente tarde

con cada repicar de

campanas a contraluz

lluviosa

Visión que se muerde la cola...

jueves, 4 de octubre de 2007

Sobre la manera en que Tales merodeó sin decir nada

Extrañamente se llega sin mucho cavilar, a la ubicación de un algoritmo capaz de aleatorizar cualquier intento racional, y convertirlo en DADA . He aquí el resultado:

"Veracruz. En apoyo a la campaña contra el cáncer de mama, todas las mujeres que asistan con alguna prenda de color rosa al encuentro de futbol entre los Tiburones Rojos del Veracruz y los Potros de Hierro del Atlante entrarán gratis al encuentro de este viernes que se realizará en el estadio Luis "Pirata" Fuente.

"La promoción aplicará para aquellas mujeres que vistan una blusa o playera en color rosa, o bien un vestido de este mismo tono, y solamente en las localidades de preferente, sol y sombra general; es decir, no en las localidades numeradas", anunció hoy la directiva de los escualos a través de un comunicado de prensa."

http://www.jornada.unam.mx

Se ve transmutada en:

y estadio bien viernes la "Pirata" no hoy este Potros todas alguna que en localidades a campaña este mujeres de Atlante de general; mujeres playera y preferente, en vestido encuentro Hierro mismo "La un de tono, el mama, solamente prenda gratis En realizará entre y entrarán los para una del aquellas rosa, las de con de de cáncer la al blusa prensa. en a del es apoyo Tiburones encuentro al Fuente. comunicado Veracruz rosa anunció decir, de de través en contra promoción un directiva se Luis el aplicará asistan Rojos los los que Veracruz. las localidades o escualos color las sol vistan de o de numeradas", futbol sombra que color
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La magia de la automatización Dadaista
http://userpage.fu-berlin.de/~cantsin/permutations/tzara/poeme_dadaiste.cgi
dadaiste.cgi

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Now playing: The Doors - Spanish Caravan
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Semiqueja, a manera de resignación, el puro gusto de presionar las teclas.

Documentador. ¿Tengo un cierto aire de cronista? Historia Verdadera de la disyuntiva genésica del punto de partida. Quizá una sutil y apoteósica Carta de Relación. Pero es imposible documentar la travesía espacial-temporal. Me he quedado varado entre este espacio imaginario y Mixcoac y el buen compañero que documenta desde su título prehispánico-nobiliario, a la usanza antigua. Es tan fácil mudar entre pantallas, y tan lejana e incierta la corporeidad detrás de la mente que procesa millones de pixeles, otro punto de partida inalcanzable, no sabemos si comienza donde termina, porque con esta tecnologización de la actividad documentadora, el camino crece.
"¿Quién es el tal Efigenio Bacardi, que parece necesariamente dispuesto a estudiar la "cosidad" de su estancia instantánea en el ontouniverso físico,metafísico, semi'patafísico (en contadas ocasiones)?" (Tales de Mixcoac -y cualquier otra especificación a manera de cita textual es innecesaria-) El tal Efigenio Bacardi, ausente de escritura, de presencia virtual, "Hechos y dichos de Don Bacardi" una vaso con vino semi-barato, una despedida poco satisfactoria. ¿De dónde se obtendrá la tripartición-teológica para documentar desde...? ¿De dónde lo paradisíaco y su creador? Es, una jugada arriesgada en el Póker, prefiero un movimiento del Alfil desde C1, con el camino despejado por supuesto.

Esperamos a E. Bacardi, como en uno de los hermosos mitos creados por la mexicana-historia, pero más bien dejamos a su suerte y nuestra indiferencia su retorno. Documentar, Documentación, Documentaje, y lo que le sigue...

Alternativas

“Bienvenido” A la habitación de formas ininteligibles,

Dentro de la serie de retratos blancos y un clavo en cada nariz.

Si pudiera devorar fugazmente las escaleras,

Borrarlas con un movimiento de mi mano en la distancia

Arruinaría la actividad fútil de caminar a través del pasillo

Y entregarme a un reposo indeterminado sobre las sábanas,

Extendiendo mi cuerpo bocabajo, babeando la almohada al dormir,

Impregnado del sabor dulcemente amargo de la ilusión melómana de persuadir

Con sonidos transparentes. Sí, caminar sobre un infinito onírico,

Respirar los sonidos a través del ámbar. Mejor olvidar tan efímera abstracción.

Ausentación del Cuasi-Ensimismático Viajante Efigenio Bacardi dejando a cargo a sus documentadores

Observad la partida del viajante Efigenio, para comenzar a transmitir ires y venires referentes a su desplazamiento espacio-temporal Minkowskiano.
Nos lega dos principios:

1. Los doxógrafos referirán mis particulares devenires para la documentación general.
2. Ir y no ir, será el punto de partida... Au revoir

Breve exégesis tautológica de (un espacio en blanco)

Incertidumbre visual, bastante aturdidora, eliminada por uno de esos "cuadritos coloridos". Un vacío lingüístico, un gran espacio en la pared, múltiples posibilidades ornamentales, una oración subordinada sustantiva, o un póster pornográfico, pero queda en mejor contraste el rostro de Jim Morrison parcialmente iluminado (mercadotecnia) en un fondo negro. Un enorme espacio en blanco en este blog, con pequeños cuadros con fecha y hora de publicación (virtual), contenido (virtual) blanco, blancura potencialmente-describible, blancamente espaciada desde un centro imperceptible. ¿Qué es pues el espacio en blanco? Lo que ocupo con un adjetivo (quizás), el espacio perforado en el que descansa uno de los extremos de la hamaca, el estómago lleno con la espuma de un vaso de cerveza, tal vez Río Churubusco con la multitud de automóviles blancos...

martes, 2 de octubre de 2007

De como Bosse-de-Nage discurseó sobre Heidegger

Como bien es sabido por la descripción de Jarry :

Bosse-de Nage era un mono papión, menos cinocéfalo que hidrocéfalo, y menos inteligente, por esa tara, que sus semejantes. La callosidad roja y azul que éstos arbolan en sus nalgas, había sabido Faustroll, mediante una curiosa medicación, desplazársela y fijársela en las mejillas, azulina en una, escarlata en la otra, de suerte que su cara aplanada era tricolor.
No contento con ello, el buen doctor quiso enseñarle a hablar; y si bien Bosse-de-Nage (llamado así a causa del doble saliente de sus mejillas antes descritas) jamás llegó a pronunciar completamente la lengua francesa, pronunciaba bastante correctamente algunas palabras belgas, llamando al cinturón de salvamento colgado en la parte trasera del as de Faustroll "vejiga natatoria con inscripción encima", pero la mayoría de las veces profería un monosílabo tautológico:
"Ha ha", decía en francés; y no añadía nada más.

¿Que podemos entonces esperar en su discurso sobre la ontología fundamental? El continuo repicar autoafirmativo proclamando a cada momento su in-der-Welt-sein con un prolijo Ha ha


Cefalopias

Comenzamos el hartazgo con una invitación al mediodía otoñal, estará repleto de cefalopias que no podrá perderse. Para los que no saben a que me refiero con tal palabra, les diré: son unas de las más pequeñas criaturas del firmamento, y por ende pasan desapercibidas...


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Día 1: Principio de Cuentas

¿Quién es el tal Efigenio Bacardi, que parece necesariamente dispuesto a estudiar la "cosidad" de su estancia instantánea en el ontouniverso físico,metafísico, semi'patafísico (en contadas ocasiones)? La respuesta a este cuestionamiento no será fácilmente alcanzada; hará falta la enunciación de una larga -en ocasiones abigarrada- serie de sucesos que irán conformando el "hecho" en cuestión, mostrándolo primero de perfil, mucho después decantado, y tras una larga e inesperada espera, de frente.

Sean pues bienvenidos.