lunes, 29 de septiembre de 2008

Nadie se baña dos veces en el mismo Heráclito

Fatídico día aquel en que instalé un estanque en casa.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Fred Frith/ Iva Bittová/ Pavel Fajt

Pese a posibles protestas referentes a sobre cargas de videos, creo que el contenido de este no dejará lugar a discusión

[a demás del silencio en que los demás permanecen que deja valles para tomar libertades]

Nadie puede el océano
¿Qué saben los terrestres si no
nacer desnudos?

Pensando en Gonzalo Rojas, encuentro a una mujer que ha nacido
vestida

viernes, 26 de septiembre de 2008

I'm your man

La buena música que siempre ayuda a principiar el fin de semana

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Un par de problemas (mundanos)

Loco de locura
con el velorio de cristal…
Loco de locura


-Si acaso unos cuantos pesos.

Las voces rebotaban con los objetos metálicos, solidamente colocados en la entrada del Bar. Junto a la barra un par de hombres y una mujer bebían solitarios, como ínsulas secretas.

En el punto más cercano a la puerta, fatigado de esperar, pedí un tarro más de cerveza, dispuesto a liquidar el acumulado de la noche en cuanto el último sorbo se rebajara a un recuerdo del líquido color ambar.

-Entonces perdiste todo.

En seguida pude recordarlo, la imagen de mi madre cruzando la puerta de la cocina, preparando pechugas de pollo rellenas con jamón, queso, y espinacas. Un fragor en el patio de enfrente, seguido de un resplandor como de cientos de soles estallando.

-Al menos sigo aquí…

El cenicero es una respuesta, igual que el temblor de los labios mientras se llevan un postulado de solución a la boca. “¿Cómo saber lo que pasó?”, palabras del médico frente a un cuerpo hueco.
-…
-No se que dirá mi mujer.



La noche boca abajo enseña los dientes. El frío cruza las pestañas, se guarece entre los huesos; la médula palpita para alcanzarse.

martes, 23 de septiembre de 2008

Toco mi rostro, no me he afeitado si acaso hay un rostro, si acaso una textura de la sordina telepática se ha dignado a dejar el ámbito de la certeza poética para venir a hacer piel en este lugar donde todo cambia, donde nada es.

Yo soy el que soy (Ex 3,13-14)

Nace el gran laberinto que aun no se atreve a ver sobre si mismo, a dirigir una atónita mirada a su vientre tambaleante. Una porción de materia suave, como las vísceras separadas de algún animal de ordeña, teñidas en rojo, sobresale por la banqueta, por el muro de ladrillos, por el techo de lámina de asbesto. Este es mi vientre, la entrada a una casa de ladrillos, con altas aceras de tierra y techo de lámina de asbesto; mi vientre es una paupérrima casa, sin ventanas, apenas con un cartón haciendo de puerta. El lujo de los materiales externos se compensa con la ausencia de muebles, yo digo: ascetismo, esto es cercano, parecido a mis manos de agua.

Yo te daré una tierra y una descendencia (Gén 12,1-3).

Mi rostro, que acaso es rostro, se llena de gemas aladas, cantarinas, sobresaltadas por mi vientre dispuesto a ser habitado. Pronto las plumas dieron origen a más plumas, los cantos a más cantos, el hambre a más hambre, y el ladrillo sirvió para saciar el escozor de sus tripas, y mis manos para abrevar sus gargantas agujereadas. Así, cantando, cantando, fueron asciendo a mi rostro más rostro. Mi rostro fue finalmente un rostro, y no una incertidumbre de vértigo.

De dos ojos que ven una estrella cruzando el lado tibio de la sala

Cedo al encantamiento de tus mariposas borrachas de humo terráqueo, borrachas de levitar como amapolas en la unción de las ventanas alimentadas con escritura erótica molida, borrachas del frescor del mate tibio subiendo como pulmones nuevos los cincuenta pisos de un edificio departamental, pero sobre todo de locura, borrachas de locura, y también de paz con su pronunciación sorda-(ciega, por el viento) por lo que es hermoso sin saberlo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

De la fauna y su inclusión en la vida

La visión de los elefantes dormidos nunca ha sido algo que inspire mi más profunda confianza. Su respiración harto lenta de por si al caminar bajo el perpendicular sol, parece detenerse por completo cuando recostados sobre el barro cuan extensas sus orejas, rabo y trompa son, dormitan reconcentrados en su labor de paquidermo.

Si desprevenido, uno toma de frente la osadía de caminar sin reparo de peligro frente o incluso sobre una roca un poco más rugosa y cálida que las demás, y aun incólume su confianza trata de acampar sobre ella con la idea de estar en situación ventajosa en ocasión de cataclismo hidrológico, el primer golpe de martillo para colocar los anclajes producirá un resultado curioso, poco apropiado para contar en las reuniones familiares si lo que se pretende es causar asombro cuando preguntan por el brazo roto y los cardenales desbordando la circunferencia de un ojo, caso en que lo adecuado resultaría sacarse de los bolsillos una historia tan fantástica como haberse resbalado en la ducha, o impactado con una bicicleta durante la carrera al trabajo.----------------
Now playing: Led Zeppelin - Misty Mountain Hop
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