lunes, 31 de marzo de 2008

Intermedio

Textos t encuentros, Pues mientras escribo esto con los ojos cerrados u sin comocimiento verdadero de mecanogradía, espera en una venyadan alterna deñ word im cuestioanrio- examen sobre parménides. curioso el tipo, hablando sobre el ser que es necesario que sea y el no ser que es necesario que no sea.

Creo que ahora es patente que je jecho trampa durante alguna parte de la escritura. comdiezo haber abierto lso ojos solo para evitar perderme demasiado ty hacer de este teclear uniforme un acto sin rumbo; pienso que eso tampoco ser´´ia malo del todo. uno puede bagar esperando el encuentro consifo mismo o con el zen en su enunciación des-onomatopéyica: “ ”

El símbolo que por un momento fue alguien, y que por necesidad sigue siendo.

viernes, 28 de marzo de 2008

Anunciamos el nuevo blog sensación

Para empezar, aclaro que estoy amarrado en una silla y me apuntan con un arma. Sólo por esto doy la siguiente noticia.

Se anuncia el nuevo blog sensación:

www.borregui.blogspot.com

Nota: no puedo no aclarar que Borregui no tiene nada que ver en esto, y que si salgo con vida estaré haciendo un elogio al oficio de la artesanía muy pronto.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Constante derrumbamiento

El alba viste una máscara apacible
una cortina de tenue color naranja
falso cobijo de las horas posteriores.

“Invítame al laberinto irresoluble
Para dejar los ánimos en mis huellas
Regresar a ellas y crearme la nostalgia”

Pero el preludio nocturno no responde
Mi petición sólo escucha el silencio
Y temo entonces el amanecer inminente.

Vuelvo los ojos más allá de mi mano
La parsimonia con que se tiñe el cielo
No transforma el temor en costumbre previsible.

“Silencio
Viejo y gastado silencio
Ausencia que llena en cada instante.”

Es mi pequeño escape al olvido
A la secuencia visual que me pierde

“Eclipsa la reminiscencia hiriente
Deja en el tiempo la causa nula
Hasta verlo como salida evidente”.

martes, 25 de marzo de 2008

Enumeración

Una naranja, un grupo de leche bellamente rectangular, la soya en trocitos salpicados por apreciaciones estéticas o referentes a su verdor –mientras más verde más sano, ergo no me haría mal un cultivo de germinado de brócoli para sustituir el rubor, y concentrar las ofertas de trabajo en forma de “mira, que chica tan sana”-.

domingo, 23 de marzo de 2008

Turismo en el centro de San Cristobal -perspectiva geométrica/traslacional/rotacional-

En ese lugar solo se puede caminar por el andador hasta chocar con la pared; Lo que queda a continuación es girar un ángulo aproximado de 180 grados hacia cualquier dirección –izquierda o derecha del plano, al menos que se quiera terminar andando de cabeza o yaciendo en el suelo-, o practicar la reflexión del cuerpo entero con lo que se obtendría un resultado parecido pero con el inconveniente de quedar simétricamente invertido: diestra por siniestra.

sábado, 22 de marzo de 2008

Desde lo que yo, particularmente siento. Una breve faceta pseudo-romántica

Creo que si tu incapacidad por entender que la ausencia de tu voz transfigurada en sentimientos se extinguiera, las sonrisas serían más frecuentes, o al menos más sinceras. Es una molesta necesidad asomar la mirada constantemente para buscarte, o dirigir el oído al viento esperando un murmullo conocido, pero a pesar de todo resulta placentera, casi benévola, creadora de imágenes, de lagunas proyectadas en las cuales sumergir el rostro para observarnos juntos en una sensación táctil, un imperturbable deseo.

Pero tu voz no siempre me acompaña, tu recuerdo lo hace aún menos, debo crearme la ilusión de que me otorgas libremente tus labios. En casos de mayor tristeza, supongo panoramas que nos alejan, que te revelan un mundo en el que no estoy.

Y no nos acompañamos.

Y aún así tú sí estás.

Como imagen

como recuerdo

como tragedia

creas la nostalgia que absorbe lo infinito

curas con tu ausencia la ceguera literaria del hombre que, con presunción, te busca entre las palabras, creyendo que alguna tocará tu mejilla, volverá tu mirada interna hacia él y (tan sólo eso basta), una sonrisa y dos palabras lo atraerán hacia ti de nuevo.


miércoles, 19 de marzo de 2008

Sobre el andar cotidiano

Es tan repulsivamente complicado aventurarse a la neutralidad, llenarnos con un espacio vacío, neutro. Escuchar vagamente el viento transmutado en recuerdos que dejamos pasar y no buscamos. Somos seres sufribles, la paradoja de la creación y de la existencia de la felicidad.

Quizá buscamos algo, pero por lo general vemos en un gran conjunto de personas el espejo que muestra nuestra desidia individual. Vagamos en un campo estrecho que no nos muestra la totalidad de las cosas, y preferimos el andar tuerto, la mentira tranquilizadora.

Somos, al parecer, la expresión máxima del sinsentido, cualquier búsqueda parece inútil frente al presente carente de temporalidad y que es sólo una secuencia sorpresiva de instantes repetidos. Nos desacostumbramos de la noción de tiempo, de un tiempo que no ejerce presiones, libre de consecuencias traducidas en estrés y autoflagelación, no anticipamos los momentos y dejamos que asalten nuestra comodidad con lo imprevisto. Y todo porque viajamos a través de dos extremos: el sentido de la búsqueda y el sinsentido de la misma. Pero esta antinomia de sustantivos forma parte de su misma racionalidad, no existe, para el encuentro último y completo del ser, un entendimiento lingüístico, es algo personal, no universal, por tanto, desde que intentamos denunciar como absurdo la previsión, la preocupación por el instante siguiente, entramos en una incapacidad por alcanzar la verdad.

Al final caemos irremediablemente en ser representación, imágenes de nosotros mismos, irrealidades, adaptación al entorno. El espejo de nuestra existencia es quien camina habiéndose apropiado de cada cuerpo, incluso, en una cobardía extrema siente la necesidad de enmascararse, tal vez hasta poder cubrir sus perversiones, sus intenciones libidinosas.

Por estas razones hemos creado palabras como desidia o hipocresía. Básicamente son los mejores pretextos para existir. La desidia acomoda nuestro espacio a la convicción de que lo único que requerimos es comprensión por tanta apatía, la hipocresía se ajusta a la descripción de las personas que-nos-caen-mal. Siempre es mejor moldear la piel a la forma de los clichés, y la sonrisa no es distinta a la que vemos en otro maniquí, las caderas incluso no pueden dejar de balancearse sin el ritmo preestablecido. Y las emociones vienen por etapas, uno aprende a ejercerlas oportunamente, sabe cuándo estar indignado, cuándo enternecido, cuándo enojado o triste, pero detrás siempre está el paradigma común, y es lo único en lo cual pensamos.

Lo interesante de tanta banalidad, es que, con todas estas cavilaciones deja de serlo, y la complejidad se hace evidente. Simplemente somos la materialización de lo complejo, una fachada de simplicidad, por suerte, de tres dimensiones.

viernes, 14 de marzo de 2008

Carta al insomnio

Preparo unas quesadillas, o las escribo, por que los papeles se invierten y así como la traslación se vuelve rotación y a la inversa, las papilas gustativas ceden a la colocación de las manos –expresamente en las puntas de los dedos-, y el tacto pasa a la lengua con todas sus células puntuales palpando los sabores en una transcripción sin detenimientos ni orgasmos –nuevamente una palabra que se vuelca por si misma en el camino, con mucho ímpetu por llegar. El combustible Zorn está exquisito en la noche de estrellas parlantes y altos pardos sin traba transparente-.

Estoy aquí, hundido en la columna sólida, como un hombre de Boligoma: Respiro y reformulo: Es entonces la pared la que esta hundida en mí: me suena a un solipsismo de altos vuelos, siguiendo ese linaje terminaré como Demiurgo en el centro, eterno e inmóvil: Tanta magna idea es producto de los jitomates quemándose sobre el sartén, me he replanteado el sacarlos de ahí, pero la espátula de hule carece de la agarradera pertinente, además esto de ser el ser no es desagradable, es como una inyección de morfina, o una aspiración de manto verdi-blanco.

Ahora llega a mi menta esa vieja imagen de clases: Verdul. La verdulidad es un grifo-equidna, un homenaje a lo quimérico.

Por las bocinas de TV resuenan las guitarras, la electrónica, la voz que desgarra la altitud. Un aroma se eleva entre un tremendo solo. El saxofón implacable se anuncia con el previó trastoque de un órgano eléctrico cortando el vientre de la decencia, es como ver una corbata despanzurrada que permite notar su interior vertido en lo amplio de un charco de felpa. Hay terror y éxtasis volatilizando el estómago.

La rítmica en mi cabeza, y solo hay una postura, una forma, un grupo de dientes sin lavar perforando el vértice de los círculos de maíz. Patton, Patton, Patton, gesticula como solo el sabe, yo me mantengo en el movimiento de lengua que escribe sobre el teclado sin voz, privado de automatismo por las cápsulas de instanciación.

Vos dirás: quizá estoy loco y todo estalla en piesecillas para adormilar insectos, pero esto es más complejo, como un rompecabezas de varias dimensiones y escalas, con borde de piezas rectilíneas. Un futuro gira como canicas sobre el cetro de la puerta. El futuro de la reflexión, es la maravilla turbia.

La madrugada se construye en un respirar lento…

El despertador suena y yo apenas comienzo a entender

Un instante

Acostado miro al cielo con los ojos entornados. En la espalda se siente la leve presión del pasto, como pequeñas texturas de contacto. Una nube gorda, como una piñata apunto de reventar por la presión ejercida desde su interior por un cúmulo de dulces que se va multiplicando, pasa por un costado de mi campo de visión, justo en la zona más blanquecina del azul, donde las estrellas comienzan a insinuarse en la impresencia de un naciente rojo.

Sundown dazzling day
Gold through my eyes
But my eyes turned within
Only see
Starless and Bible black[1]

Apacible y nostálgico; profundamente ensimismado para dejar a la espalda crepitar contra las hojas que la golpean en la base del cuerpo. Veo el desfile de cientos de cúmulos de agua, siguiendo el tiempo.

Un pensamiento llega de golpe a las raíces del habla: Decimos tiempo, pero al parecer no es más que una dependencia de la materia: El movimiento de la materia que marca el tiempo.

Un estornudo recorre una gran distancia. comienza a hacer frío y lo que respiramos se enrarece con la humedad y las partículas que fueron suspendidas por las familias y corredores niños en un día de campo donde seguramente los sándwiches y retas futboleras marcaron en el memorioso bloque de cera los rasgos de esta fecha. No puedo evitar pensar en Funes, y en su fallido intento de sustituir la numeración decimal por una instanciación simbólica en la que cada número fuera elevado al estatuto de referente unívoco emparejado con una imagen super-determinada; análogamente el tiempo sería una sucesión indefinible de figuritas encadenadas por la memoria, pero imposibles de reestructuración y abstracción, para lo cual se requiere el olvido.



[1] King Crimson Red: Starless

jueves, 13 de marzo de 2008

Un extraño texto, a manera de introducción tardía de la idea del blog

Gustamos de mantener cierta incertidumbre en la idea de este blog. A simple vista parecería que sólo somos tres extraños virtuales que se esconden tras una responsabilidad relegada sobre nosotros de parte de Efigenio Bacardi y, después de todo, vale la pena recordar quién es el tal Efigenio Bacardi, que parece necesariamente dispuesto a estudiar la "cosidad" de su estancia instantánea en el ontouniverso físico,metafísico, semi'patafísico (en contadas ocasiones). La respuesta a este cuestionamiento no será fácilmente alcanzada; hará falta la enunciación de una larga -en ocasiones abigarrada- serie de sucesos que irán conformando el "hecho" en cuestión, mostrándolo primero de perfil, mucho después decantado, y tras una larga e inesperada espera, de frente. Y el reclamo no puede ser injustificado, pues viendo la forma en que se ha llevado el blog durante estos meses, no podemos sino observar que nosotros tres nos hemos valido de esta responsabilidad que nos ha dejado para publicar nuestras propias andanzas y cavilaciones, y la pregunta primera la relacionan entre el título y la ausencia de aquél a quien hace mención: ¿quién es el tal Efigenio Bacardi? Bueno, como personaje individual de este proyecto no puedo hablar sobre el tema, pero puedo asegurar que en cada relato nuestro encuentran un poco de la esencia del maestro Bacardi. Y de alguna manera nos gusta la libertad de plasmar los juegos de palabras que construimos según el momento, sin paradigmas contextuales, y nuestro momento como el único principio del cual partir. No escribimos ensayos, poesía, cuentos, ni nada de eso, sólo lo que las etiquetas categorizan; además, tan pequeño religador de letras, como lo soy yo, no podría aspirar a colocar sus textos dentro de una categoría tan prestigiada como las descritas. Algunas veces hemos encontrado un espacio sentimental en el posteo, otras sólo la necesidad de contar historias, de colocar dudas, cuestionamientos, siempre necesitados de comentarios pues son nuestro alimento virtual. Tal vez, quien guste un poco de leer, de aventurarse a conocer pensamientos ajenos, encuentre nuestro blog interesante, pero decir esto es demasiado presuntuoso. Sólo sé que es un espacio diverso, de música y palabras, que algunos gustarán, algunos no, pero la invitación queda hecha para todos.

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿De Qué color son los espejos? -Jean Cocteau -

Amaranto

Primer acercamiento al interior de un enigma

Hay materia de olivo pensándose. ¿Es un misterio tan general la conciencia de lo vegetal? Lo verde pesa, instaura, mensura, adquiere, volatiliza, versa.

Quienes respiramos y somos móviles como máquinas de piel y huesos estamos perdidos entre la transparencia, y más que transformar y dirigir, organizamos por miedo. Las incertidumbres son el verdadero terror que colapsa los pulmones, o detiene el corazón en punzadas avatáricas.

Entre tarros y marcas de leche lo maquinal del humano formula desiertos para untarlos sobre la cabeza protegida por el humo del invierno acuoso que trata de erguirse en verano de desolación y calor-cuarenta-gradoscentígrados.

Tras de si, por si, para si, la plástica alimenticia configura un dispensador de tinta que dota de volumen a la lata de atún sobre el mantel rojo de la mesa, en una operación volumétrica por el encaje silábico de la sonrisa tornasol.

Terror de tener los párpados hendidos sobre la oscuridad sin escrúpulos, que redondea las pupilas hasta que parecen platos de esquinas dobladas para señalar al norte poético de un imán.

Terror por lo que permanece sin nombre, flotando por la circulación rocosa de un cuerpo estallante.

El orgasmo. Polución de un momento proclive a ser eterno en su ser tijeras.

Los cabellos se deslizan por el cuerpo, tienen longitud máxima y color de espacio vacío.
Hablan los instantes desnudos
Un humeante cigarro se une al cosmos

lunes, 3 de marzo de 2008

Aun puedo intuirme sentado en esa rectangular mesa de madera, con un plato de angulosas cuatro esquinas conteniendo un postre autoproclamado: “chessecake de chocolate”. Parece extraño a primer golpe de vista, como la mutua y simultanea instauración de algo así insostenible; El secreto que guarda su gestación debe ser la bilingüística forma de hacerse expresar, dando naturaleza anglófona al sujeto, y española al adjetivo. Especulando más me encuentro rodeado de nula noción filológica, y un conocimiento de la gramática cambiando a estado vaporeo.

Parece de lo más probable que el objetivo de fondo para estar aquí, sentado en una de tantas mesas donde familias, hombres o mujeres solos, grupos de amigos, vagabundos, retóricos, etc., etc., comparten una presencia entre luces y ventanas que falsamente tratan de distinguir un dentro de un afuera, sea la pura nulidad de una alternativa a ras de contacto directo.

Hacía donde avanzar, o por qué hacerlo si estamos cómodamente instalados en una suave posición, donde el servicio llega directamente a nosotros, siendo el fuera lo más inestables e impredecible en todo el ámbito celeste, constituyen cuestiones que nadie quiere plantearse e intentan a toda costa de evitar.

Por uno de los cristales aparece la explicación indeseada, o una de ellas. Un ave que me recuerda al pájaro de Murakami parece seguir el legado dando cuerda a este mundo de cenagosa luz aglutinada en la indisposición de su fluir. Esta parado entre las hojas de un pino italiano, moviendo la cabecilla al tiempo que abre y cierra su pico, como invocando una constancia; la mayor belleza esta ahí, entre sus fauces carentes de dientes pero repletas de metafísica, dando sentido a la tambaleante distinción que hace del adentro un sitio apacible, y del afuera un segundo piso del periférico crujiente-crepitante, con bólidos configurando el éxtasis de tanto antropocéntrico montado en su metal.

El gusto del postre es cremoso; se distiende marcando el plato con un fantasma de su presencia que en algún momento también se sumergirá en la nada; el vacío como punto cúspide e inexorable destino al final de la línea que indica en el hipotético 100 trillones de años en el futuro, el tiempo de la extinción de la última estrella visible desde nuestra posición terráquea. El vértigo es la oscuridad absoluta en una noche eterna que antecede a una particular contracción de la galaxia; acto que se detendrá con la formación de un agujero negro.

El ave canta sin que pueda escucharla. Los platos se mueven; chocan con vasos y cubiertos produciendo el sonido cristalino que tiende el aislamiento del exterior. El café se acabó más rápido de lo planeado, y el chocolate cremoso me empalaga por completo.

domingo, 2 de marzo de 2008

Cómo fumar sin parecer adicto

  1. Mirar distraído hacia cualquier lugar mientras se enciende un cigarrillo colocado cuidadosamente por un lado de mi boca.

Es curioso, porque esta actividad nació en mí como una necesidad de mantener ocupadas mis manos en ausencia de música sobre la cual llevar el tiempo con los dedos, o de un libro para sostener y cambiar de hoja. De hecho, es probable que únicamente la haya cultivado por no sentirme inútilmente parado en un lugar cualquiera. La reflexión no es una actividad evidenciable, y hacerla en voz alta de forma solitaria es algo que bajo un consenso social se ha denominado locura. Por tanto, recargarse inocentemente sobre una pared, cruzando un tobillo sobre otro, y agregarle a este ritual, un cigarrillo encendido entre los dedos, da un aire de nula ociosidad, como una especie de relajación posterior a una intensa actividad, una espera bien sobrellevada o hasta cierto grado de importancia, sobre todo si se hace de manera solitaria.

  1. No revelar el gusto por el humo en los pulmones. Deje que los otros lo deduzcan.

Pero siempre he tratado de evitar en esta actividad una adicción; no quisiera perder esa forma discreta de intoxicarme tomando cada momento como motivo para realizarla. Entonces alguien dirá que a) debe fumarse cuando se juzgue una situación como elegante, o b) hacerlo en cualquier momento que no requiera una causa definida, pero ésta debe siempre parecer significativa. Sin embargo, esto parecería alcoholismo juvenil, por tanto, los motivos, aunque muy diversos, deben estar bien distribuidos según horas, dentro de temas de conversación ajenos a la nicotina y la dependencia, quizá el frío, el hambre, Joyce o, también es permisible abordar esa incontenible necesidad de Lezama Lima de mostrar el puro en la fotografía.

  1. Olvide esas horribles competencias discretas de ser el más grande fumador.

¿Qué hay de útil en demostrar que fumo más que otro? ¿Es acaso otra de esas formas inventadas de denotar virilidad? Esto, entonces, sería una marginación de género insoportable. No, no es necesario mostrarse como un asiduo fumador… o fumadora. El cigarrillo forma parte de mí como mi gusto por la música no-comercial, podría decirse. Alguien que quiera notar la gran cantidad de humo que invade mi interior constantemente lo hará, pero no hace falta que se lo mencione.

Y mientras tanto, parece ser que este sujeto se consume, se consume. Pero cada quién encuentra su límite en las fronteras de lo intangible, de las necesidades de mantenerse y sentirse con vida de alguna manera, observando a través de una cortina semiopaca un mundo diferente, más etéreo, que lo invita a uno a jugar con la penumbra luminosa, a adivinar las formas de los objetos, mientras en un sillón nos desmoronamos y nos barre finalmente el viento.

¿Por qué no recordar a Eliot? Nos arrastra el aire hasta un lejano jardín, esperando a que nuestro cadáver comience a germinar.