miércoles, 5 de diciembre de 2007

III

Cada vez resulta más difícil mantener tal estado de cosas. Los cuadros toman vida interna para distribuir materia en soliloquios trascendentales: El mundo es el dibujo perfecto de las imágenes mentales…

Madrugando para pensar en vos, como se piensa una canción de Zappa, un atardecer, o un jardín de árboles tropicales. Sedo a la gravedad de tu voz recordándome con palabras al oído la mortalidad de cada uno de nosotros. Primero mi abuelo perdido en un infarto fulminante, después la vieja tía víctima de la edad y complicaciones renales, el primo lejano muerto en la guerra con los hombres sombra, y la lista ensanchándose con la respiración luminosa de cada amanecer perfectamente bello que se olvida o pasa por alto. Tendremos que idear un mecanismo para disolver las certidumbres totales y dar espacio al miedo y la duda que aderezan nuestro cansado andar de hombres modernos, actuales, tecnológicos. Adiós fe a la ciencia y al dios todopoderoso, adiós leyes perennes de la física, biología,…

Lo inmutable es la vibración metafórica de los labios que sonríen de manera indiferenciable como preludio a un beso o a una despedida.

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