sábado, 2 de febrero de 2008

Kilometraje reflexivo

No puedo escapar últimamente de los cuestionamientos y reclamos personales, de cualquier manera, la situación fluctúa demasiado entre apariencias y tengo que aumentar las variaciones con las suposiciones, que en realidad están dentro de términos parecidos, pero ya sabe, doctor, que esas líneas que se elevan hacia el lado opuesto no pueden evadirse, y dificultan la deducción, atentan contra lo que parece evidente, abriendo un espacio y llenándolo con la duda, la posibilidad de-no-ser-así.

Pero no. El ensayo previo al psicoanálisis simplemente es absurdo, de cualquier manera es una predisposición hacia algo improbable, aun no me decido por acudir al sillón de confesiones casi religiosas.

Pero el problema se remite a la proyección del futuro. ¿Desea acomodar su propia melodía? Qué más quisiera, pero soy tan poco apto para ello. Apenas sé que los dedos van sobre las teclas, pisando las cuerdas o golpeando ociosamente cualquier superficie de propiedades sonoras suficientemente notables. No, dejémoslo para alguien más. Tal vez las cosas van más allá de la melodía y las tonalidades. Quizá son un gran texto, una invitación al hipérbaton.

¡Pero claro! Estupidez enorme. Tengo muchas cosas que hacer. Por eso, mejor explícame, haz mi trabajo, sé que me amas y harías todo por mí (estúpido e ingenuo). Y siempre lo he sido… La distancia era la mejor opción, y lo he olvidado. Es el precio de cerrar los ojos: volver al principio, no encontrar la puerta del cuarto del que pretendemos escapar, crear las voces imaginarias que inevitablemente se irán por la ventana de la torre más alta, más estrecha y más inútilmente construida por arquitectos mal pagados.

Pero. Volviendo a la situación del automóvil (hay que ver hacia qué lugares me llevan tantas cavilaciones) Creo que tanta alteración no conduce a nada bueno, en el sentido físico y metaperceptible. No quiero causar un accidente por tanta irresponsabilidad de haberme distraído constantemente. ¡Claro! A ti no te importa, si sólo estamos. Estar, así es, estar. Si sólo estoy cumpliendo mi función en tu vida, y porque por mi delgadez no puedo siquiera parecer un engrane, tal vez apenas soy un tornillo, y qué horrible es la similitud con lo mecánico, debería buscarme mejores comparaciones.

En fin, ya llegué. Y no me quedan más kilómetros para seguir pensando, sólo las responsabilidades de siempre. Ahora… sólo hay que seguir buscando un trayecto suficientemente relajante para seguir los vituperios y los reclamos personales.

4 comentarios:

Adolfo Calatayu dijo...

Mire amigazo,le confieso algo,ahora "de grande",por no decir de viejo me decidí y comenzé terapia lo cual me parece fantástico,produce miedo,vértigo,alivio,más preguntas,qué se yo.
Creo que,para mí,fue una gran movida.
Un fuerte abrazo
y acuerdese que espero su post eh?

Anónimo dijo...

A veces cuando ay tensión en un momento de nuestra vida, es verdad no se puede evadir, pero cuando entra la negación y querer cambiar lo inevitable no se puede salir de un círculo vicioso y entra el “porque a mi”.

En cuanto al psicoanálisis, yo no podría criticar algo que no he experimentado, ¿Como dice Adolfo al principio tuvo miedo pero al final le pareció fantástico.

No te ahogues en un vaso de agua y si sientes que no puedes con tu melodía, tal vez un poco de ayuda no caería mal.

Tal vez y son suposiciones mias el hecho que hayas escrito en tu blog y compartas un poco de ti mismo, habla de tu capacidad de expresar lo que sientes y no creo que sea “nada útil” al contrario habla de que puedes ser autentico, y casi revelándote como si estuvieras en psicoanálisis y a veces ay que pasar por la tensión para conseguir la parte relajante, la polaridad, dentro de ellas corren muchas posibilidades en el trayecto de una a la otra.

Saludos.

Tahuantinsuyo dijo...

Gracias a ustedes, dos constantes, por decirlo de alguna manera, visitantes. Se les agradece mucho la aportación. Y sí... creo que el tinte emotivo del texto es bastante evidente, Ustedes han de saber muy bien que escribir es un gran recurso para aliviar el momento. Y quizá siga el consejo de Adolfo sobre la terapia. Y estamos trabajando en un post, gracias por la invitación, tal vez sea un diálogo Zappático. Ya veremos qué sale.
Gracias Adolfo y Libélula por seguir leyéndonos, ya son viejos conocidos, y el calificativo es sólo para dar a entender que se estiman sus visitas, no tiene nada que ver con el ámbito cronológico.
Saludos y un abrazo

Anónimo dijo...

De nada, me gusta leer sus textos, además yo solo comento lo que pienso sobre ellos, pero los que se llevan el premio son ustedes que escriben lo que se les va viniendo a la mente, tal vez hablen un poco de ustedes, de un autor que les llamo la atención o poesia que se mezclan metaforás, mezcla de cosas que al final siempre dejan alguna sensación o sensibilización, todo sirve ya que despiertan nuevas ideas y da a conocer lo que saben del mundo y como lo interpretan y lo transforman, sigan escribiendo.
saludos.