La digndindad inductiva de los tacos al pastor nunca ha sido puesta en duda. La tela del juicio es probablemente el mecanismo más directo para ocultarnos debajo de la asamblea frente a la que comparecen esos datos sensuales que aspiran a ser nombrados como fiables.
Con la piña coronando una anatomía abundante en proteínas, vestida siempre con discos de maíz, la aparición del clan susodicho es fácilmente diagnosticable: Ese andar flotante sobre carruajes voladores es señal de preparar las salsas.
3 comentarios:
Pero che,y no va a decir algo de la fundamental e inherente bebida?
Abrazos !!!
En mi blog le dejé un mensaje,querido amigo,espero que pase y me escriba algo así se lo publico.
Un fuerte abrazo.
Habría que hablar de la parte bebible de toda buena taquería, de Boing y uno de esos refrescos cuyo nombre jamás recuerdas.
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