sábado, 30 de enero de 2010

“Nos decían los viejos cirujanos que había que observar el signo de las estrellas, su dinámica antigua y luminosa, antes de trizar el vientre del hombre y romper su fulgor en piececitas; El hecho de haber nacido Leo con ascendencia en Piscis y signos uránicos a flor de aura, influía directamente sobre el ritmo que había que aplicar al bisturí (o sucedaneo) y determinaba también el punto que había que considerar como acceso al cuerpo, llegando incluso a postergar la exploración si la marea resultaba poco propicia.

Hoy en día la seguridad es alimentada por las máquinas de cálculos, que examinan ángulos de penetración, fuerza y empuje, desviando la fe de las regiones celestes, a las manos del Homo Fabris: Yo fetichizo una empresa robótica; pero atender al cuerpo no es lo mismo que atender al hombre. El Allis Vivere parece hablar de un carne para adentro, sin cuidar de los rasgos otrora esenciales y prioritarios”

(Efigenio Bacardi. Los días y los trabajos)

1 comentario:

Adolfo Calatayu dijo...

Los signos de las estrellas son inescrutables,como el buen fútbol,usted sabe...
Un abrazo gigante amigazo.