sábado, 9 de enero de 2010

· Wadly, de ahí lo que se dice es un misterio. Nos han contado que es un pueblo prácticamente abandonado, donde los minúsculos y escasos habitantes, se congregan en el paradero de autobuses a levantar temor entre los visitantes, mediante el hábito de recibirlos con duras caras inexpresivas; sus rostros despojados de la última gota de líquido, llevan impreso un plano desértico, expresión microcósmica de las grandes llanuras de polvo de estos parajes. Se dice también, con un matiz más adusto, que los jardines de árboles secos que amurallan las partes más externas del pueblo, tienen el mágico atributo de hablar cuando el viento se cuela entre sus raíces dispersas fuera de tierra, los más aventurados aseveran que son cánticos de fantasmas, o invocaciones de alimañas humanoides, los más recatados dicen que solo es el viento.

1 comentario:

Juan Carlos Cabrera Pons dijo...

Wadly es, por mucho, el segundo o tercer lugar más hermoso sobre el que se ha escrito en este blog.