Se había dejado invadir por el sabor de la sopa fría. Generalmente, el gusto ácido en su boca acrecentaba las ganas de la cerveza oscura mezclándose en el paladeo de las partes más saladas, como la galante mezcla de una […].
El sabor de la sopa le gustaba por el parecido indecente con los platos vertidos sobre el vientre de su amante. Con la lengua se encargaba de retirar el líquido extendido a ras de piel.
-No puedo decir lo impensable
Las manos artríticas sobre la escritura, el encuentro candente con una lengua
Una taza de café al borde de la melancolía
Los movimientos convulsos de un pez afectado de aporía
Por todo eso del gran incendio del mundo
La media noche
1 comentario:
Este blog nació de un cuento de blogers.
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