lunes, 12 de abril de 2010

La mesura del desuso

Volviendo a la idea de escribir manuales, que olvidando todo empeño cortical por sistematizar a través del doble viraje centrípeto-centrífugo de los estímulos eléctricos del sistema nervioso, los actos que necesitan de la conciencia, reduciéndolos a movimientos reflejos (ligeros brillos de la materia inorgánica, esbozos de automatismo), he aquí un impulso en la dirección contraria: la de la libre creación de actos que redunden lo obvio o lo menos inmediato, hasta dotarlo de una sonrisa de esas que escapan de los ancianos cuando recuerdan alguna travesura de la infancia, o algún desliz entre los cuerpos de estudiantes que descubrían su sexualidad mediante juegos litúrgicos y místicos.


Manual de ejercicios:

Tome su muñeca como si fuera la última vez que recibe un impulso eléctrico en el vientre. Soporte, contra todo vapor remontando una montaña, la mordedura de las ranas y los alacranes. Siéntase seguro al momento de ponerse el sombrero, sin importar el enjambre de pirañas o sanguijuelas o ligeros mosquitos, asentados en la alberca provisoria de su copa. Del mismo modo, al colocarse la corbata tan meticulosamente elegida en base a estudios de color y poetomancía, piense en el patíbulo como la mejor opción para promover su figura a bajo costo; recuerde que el desuso de los antiguos nudos a prueba de fugas podría haberlo condenado a una ráfaga consonante de vehículos desmotorizados que pretenderían atravesar su blanda carne como bólidos fuera de control. Sonría entonces, cuidando de no torcer demasiado las comisuras, a cuya aparición corre el riesgo de lucir poco cordial con el público y los verdugos. Lleve siempre en la bolsa un reloj a prueba de balas y un chaleco a prueba de agua, en ambos casos usted lucirá impecable bajo la circunstancia específica que permita ostentar cada uno de estos dispositivos: si le colocan zapatos de cemento para hundirlo al más puro estilo de la vieja máquina del crimen organizado, su cuerpo no flotara ni se desproporcionara sobre la acción de los fluidos gases acumulados; la tela sin mangas sobre su camisa hará el trabajo. En cuanto a la otra situación, nada como un buen tic tac sustituyendo el ritmo del corazón en el cadáver, para hacerlo lucir imbatible, como de otro mundo. Recuerde, la disidencia política requiere de exactos entrenamientos que lo ayuden a resistir las posibles consecuencias.




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Now playing: Talking Heads - Live in Rome 1980 - 02 Stay Hungry
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